Venezuela: Maduro y la oposición iniciaron diálogo con mediación del Vaticano

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, estrechó la mano a representantes de la oposición la noche del domingo en el inicio del primer encuentro que sostienen ambas partes, ante facilitadores extranjeros para discutir un eventual diálogo

 

 

 

 

 

 

Maduro, miembros de su partido y cinco representantes de la coalición opositora se reunieron la noche del domingo en un museo al oeste de la capital, en lo que algunos de sus adversarios temen sea una táctica para ganar tiempo, en medio de la profunda crisis política y económica del país.

 

La cita se produce en momentos en que la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha intensificado las protestas callejeras luego que las autoridades suspendieron hasta nuevo aviso el proceso para convocar un referendo en contra de Maduro este año.

 

“Todos estamos convencidos que lo que estamos enfrentando aquí es un rotundo desafío”, dijo Claudio Maria Celli, jefe de comunicación del Vaticano, quien se desempeñó como uno de los facilitadores del acercamiento.

 

“Le pido en nombre del Papa Francisco que se llegue a concordar algunos gestos concretos. El país está esperando señales auténticas para comprender que el diálogo es una realidad”, agregó.

 

Representantes del bloque regional Unasur, y tres ex jefes de Estado de España, Panamá y República Dominicana también asistieron a la reunión, como promotores de las conversaciones.

 

“Yo asumo el compromiso más profundo con este proceso de diálogo que arranca el día de hoy”, afirmó el presidente Nicolás Maduro, poco antes de retirarse del lugar, para dar paso a las deliberaciones entre las partes.

 

Pero el posible inicio del diálogo sacó a la luz las divisiones en el seno de la oposición. Voluntad Popular, uno de los partidos más radicales de la coalición, no aceptó participar el domingo en el arranque de la discusión con el Gobierno, informó el grupo político en un comunicado.

 

El secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, y los líderes políticos opositores Carlos Ocariz, Timoteo Zambrano, Luis Aquiles Moreno y Henry Falcón asistieron en nombre del resto de los partidos adversarios del Gobierno.

 

“(Vamos a) exigir el fin de la represión y la persecución contra los demócratas y el pueblo”, informó la MUD en un comunicado difundido previo al encuentro.

 

La coalición aclaró que la reunión forma parte de la ronda exploratoria y no es el inicio formal del diálogo con el Gobierno, y advirtió que se levantarán de la mesa “en caso de no ser resueltas las demandas en el corto plazo”.

 

Los críticos responsabilizan al presidente por la recesión económica y por la inflación que se vive en la nación OPEP -la más alta del mundo-, cuyos ingresos se han visto afectados por la baja de los precios del crudo.

 

Maduro culpa a empresarios y partidos opositores de promover una guerra económica para desestabilizar su gobierno y desconoce al parlamento opositor, una decisión que respalda el máximo tribunal del país acusando a los legisladores de “desacato”.

 

La oposición estableció como condición para el diálogo una “solución electoral” y que se respete al parlamento, entre otras peticiones que tienen previsto presentar ante los facilitadores.

 

La suspensión del proceso para ir a un referéndum dejó mínimas posibilidades a la oposición de realizar una consulta electoral este año y poder celebrar nuevas elecciones, por lo que decidió abrirle un juicio político a Maduro en el Congreso.

 

“(El encuentro) se produce en un marco de escepticismo y desconfianza”, advirtió en su blog el portavoz de la MUD, Jesús Torrealba, a primeras horas del domingo.

 

Los representantes de la iglesia católica en el país difundieron un comunicado solicitando a los dos bandos “ser coherentes” y “respetar” el compromiso de iniciar conversaciones para tender puentes y evitar la violencia.

 

La MUD convocó a sus seguidores a marchar la próxima semana hacia el Palacio de Miraflores, para presionar por el referéndum revocatorio, en una secuencia de eventos que recuerdan un efímero golpe contra el antecesor del presidente, el fallecido Hugo Chávez, en 2002.

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